martes, 25 de agosto de 2009

Opérame la cara hasta que se deforme.


La madre de mi amiga P., la fanática del foro de la familia, súper de derechas, súper católica, súper correcta y de moral intachable, tiene un vicio que ella no ve como tal: recurre a la cirugía estética cada tres meses.

Según P., que también es muy dada a fantasear con los retoques que le gustaría hacerse, su madre lleva invertido un dineral en moldear un cuerpo que muy pocos defectos traía de fábrica. El padre de P. es abogado de empresa, socio en un bufete muy prestigioso, y su mujer no ha tenido que trabajar nunca. Al contrario que la madre de R., la de las pastillas y la depresión, esta mujer no tiene tiempo de aburrirse, pues es tal obsesión con su físico que apenas tiene tiempo en la semana para seguir todos los tratamientos que "necesita".

La madre de P., llamémosla Rosa a partir de ahora, tuvo a sus dos hijos muy jovencita y muy seguidos. Quería tenerlos jóven y rápido para recuperar cuanto antes su figura, que luego de mayor cuesta más. Yo creo que el día después de dar a luz ya estaba la mujer en el gimnasio machacándose para que no quedara ni rastro de "esas odiosas cartucheras que la hacían parecer un botijo". No ha parado desde entonces. En cuanto dejó de amamantar a mi amiga P., la segunda de los dos que tuvo, se operó los pechos, y a día de hoy siguen obcecados en desafiar a la gravedad. Se hizo una sola lipo y hace varios años, claro que si tenemos en cuenta su dieta enseguida nos percatamos de por qué no lo hacen falta. Solo come verdura y carne al vapor. No es que sea vegana, si lo hiciera por principio yo se lo alabaría, pero por desgracia es únicamente para evitar las grasas. Ella no tiene ningún problema en lucir bolsos de cuero enormes de las más prestigiosas marcas.

Como de donde no hay no se puede sacar, la mujer parece un esqueleto. Un esqueleto con imponentes pechos con forma de limón que luce orgullosa. Pero como todo en esta vida se estropea, su rostro no iba a ser la excepción, y aquí comenzó la locura. Rosa es guapa, guapísima, o mejor dicho lo era. Su pelo es naturalmente ondulado y sedoso, de un tono rubio oscuro, tiene grandes ojos azules y una sonrisa inocente y sensual que ya la quisieran muchas, sin embargo, esto nunca fue suficiente para ella.

Se rasgó los ojos, porque lo hacían las vecinas "famosas", peelings a todas horas, se rellenó los pómulos y, como no, se puso dos salchichas escocesas por labios. Después le tocó el turno a su ya de por sí preciosa nariz, y precisó cuatro operaciones para conseguir el modelo deseado. Se blanquea los dientes y luce todo el año un color naranaja que si sonrie, entre el blanco de los dientes y el anaranjado de la piel, sabes que es ella a varios kilómetros.

Ella es feliz, o eso dice su hija. Se enorgullece de su creación, que es ella misma, y alardea que todavía le queda mucho por mejorar. Parece no darse cuenta que ha perdido su encanto natural, el que le dió su dios cuando la mandó al mundo. Rosa es contraria al aborto porque, dice ella, atenta contra la naturaleza, y si dios lo manda hay que apechugar.

Pero ella no apechuga con los efectos de la edad y la gravedad. Se rebela y lucha contra la naturaleza a golpe de talonario para mantener un físico artificial y, por ende, antinatural. Interrumpe en su cuerpo el curso de la naturaleza de la misma manera que lo hace aquella que interrumpe el crecimiento de unas células en su interior. Ambas luchando contra natura con un médico como aliado. Pero Rosa condena a aquellas que deciden no aceptar de la naturaleza un encargo que no desean. Son unas asesinas, grita en las manifestaciones a las que acude con sus pechos ingrávidos y sus labios prominentes, hay que condenarlas y meterlas en la cárcel por impedir que la naturaleza siga su curso.

Y a mi solo me queda preguntarme, qué haría Rosa, que es incapaz de aceptar unas arruguillas de nada en su bello rostro, si le descubrieran un tumor? dejaría que la naturaleza siguiera su curso y aceptaría los designios de su dios, o quizá trataría de destruir esas células, ese encargo natural no deseado?

Yo lo tengo muy claro. No sé vosotros...

Hasta pronto!!!

Ana

PD. Jose, muchas gracias por los ánimos, pero soy un poco qué? que no me lo dices en tu comentario :-)

5 comentarios:

Jose dijo...

Hola Ana,

Un poco pija...pero por lo que escribes me encantas! jeje

Ya tienes un fan.

PD: yo tb. se lo que haría la madre de P. Suelen ser gente muy contradictoria entre lo que dicen y hacen.

Un saludo, Jose

Anónimo dijo...

Te la quieres zumbar jose?

Ana dijo...

De acuerdo con Jose y también contigo. A veces resultas un poco pija en tus post, pero no por eso están libres de cierto gracejo y propiedad original al expresarte que hace que quiera seguirte. De hecho, si no te importa, voy a seguirte un tiempo, a ver cómo te desenvuelves en tu vida desde que trabajas.
y lo de la madre de tu amiga, pues sabe dios que cosas no sería capaz de hacer, también estoy de acuerdo con la postdata de jose. Un beso, guapa!

Anónimo dijo...

A mi lo que más me sorprende es la capacidad que tiene la gente de intentar planificar su vida,hay que aprender para dejar las cosas más al azar que la sorpresa de quedarse calvos por poner un ejemplo puede llegar a ser beneficiosa , lo de pensar en tener hijos seguidos para recuperar figura da la impresión de que dar a luz una vida tiene la importancia que no se merece de esa manera, que cosas pero vamos a ver ¿Queda bien la señora o no?
A ver si va estar cañon...

Flush

Jose dijo...

Pues no capullin, no me la quiero zumbar!!!

Simplemente me ha caido bien y se lo digo..si te parece bien bien y sino pues lo siento..