miércoles, 2 de septiembre de 2009

Estoy de mal humor y no sé porqué...

Por lo tanto me voy a desahogar dando mi opinión sobre una de las peores series (llamarlo serie ya es un cumplido que no se merece) que ha creado la televisión, y que por supuesto se ha convertido en todo un éxito en nuestro país. Estoy hablando de "Escenas de matrimonio", aunque para ser concisas, debería haberse llamado "Estereotipos caducos de una España machista que por desgracia siguen vigentes."

Aqui os dejo la foto del último reparto, con Mar Saura en el centro luciendo como la estrella que es y una sonriente Lina Morgan que está encantada de estar al lado de la Saura y de poder tocarle una pierna (ella se conforma con eso).





La contratación de estas dos actrices corrobora el hecho de que esta serie está basada en unos cánones de comportamiento arcaicos y especialmente nocivos para el espectador joven. Mar Saura se une al equipo para atraer esa audiencia interesada en la cultura que ve más allá de un cuerpo bonito medio desnudo, y Lina Morgan para atraer a una audiencia con valores progresistas (todos aquellos que disfrutamos como locos con "La tonta del bote", todas aquellas que queremos ser la tonta del bote) que ansía la desaparición de una televisión llena de contenidos vacios.

Hay quién dirá que todo es irónico, que hay que saber diferenciar entre la realidad y esta "serie". Sin embargo, los comentarios que se escuchan por ahí no acaban de convencerme de que los espectadores lo entiendan como algo irónico y sacado fuera de contexto. Con series como esto, lo único que se consigue es potenciar el conflicto en las relaciones de pareja ignorando la colaboración, la complicidad y hasta el amor y el cariño. Retrata reiteradamente los insultos, la falta de entendimiento, la miseria que conlleva estar en pareja, la falta de respeto y las complicaciones de las relaciones sentimentales e insiste en ellos con varios patrones que se repiten hasta el hastío y consiguen que se acaben viendo como algo normal, algo que viene dado con cualquier relación. Especialmente si se tiene en cuenta su emisión diaria.

Algo muy similar sucede con la serie "Aida" (ahora ya sin Aida), en la que la repetición jocosa del mote "machupichu", ha conseguido que un insulto con altas connotaciones racistas se vea ya como algo que no tiene por qué ofender a nadie, es una broma. Desde mi punto de vista no lo es.

Ni machupichu es un mote cariñoso ni parejas faltándose al respeto constatemente forman escenas graciosas, por mucho que se repitan y consigan que lo acabemos viendo como algo normal.

Y yo me pregunto: Tan difícil es hacer humor con respeto?

Hasta pronto!!!

Ana

martes, 1 de septiembre de 2009

Critícala, pero no por con quién se acuesta.



Te podrá parecer más o menos guapa, mejor o peor actriz, te podrá gustar o no como persona (aunque no la conozcas) y podrás pensar que tiende a dejarse llevar por un registro único (como muchos otros actores). Sin embargo, a Penélope Cruz se la critica más a menudo que no por haber tenido varias supuestas relaciones que han impulsado su carrera.

Todo empezó con Nacho Cano. Gracias a él se hizo famosa, dicen las lenguas envidiosas. Sus dotes interpretativas no tuvieron nada que ver, claro está. Todos sabemos que en el momento en que te acuestas con un artista tú también te conviertes en uno.

Lo de Tom Cruise también fue muy sonado. Se dijo de ella que estaba con él para darse a conocer en Hollywood. Yo ni lo sé ni me importa. Si así fue, ella misma, al fin y al cabo cada uno se promociona como puede. Supongo que el señor Cruise, también se benefició de aquella "relación", especialmente en un momento en que se creía que a él las mujeres a él ni fu ni fa. Yo sigo convencida que aquello no era lo que parecía, ya que Tom y su nueva esposa insisten en hacernos creer que esa niña china llamada Suri es suya.

Después llego el romance con Matthew McConaughey (casi imposible recordar cómo se deletrea su apellido, gracias a Google). Que si estaba con él para darse fama, que si se enrolla con todos los actores con quienes trabaja y un largo etcétera de críticas que poco tenían que ver con sus dotes interpretativas y mucho con su vida sexual.

Penélope nunca ha vendido una exclusiva como hacen muchas otras (Paz Vega ha sido la última cursi en presentar, a cambio de un buen cheque, a su hija a los medios), nunca ha comentado nada sobre sus relaciones ni para bien ni para mal. Pero aún así, se la ataca, por ser mujer y guapa con los mismos argumentos machistas de siempre.

La prueba de que el talento, al igual que la belleza, no se pega por proximidad como la gripe bien podría ser Elsa Pataky, que después de salir en ciento y una revistas de la mano de su Aidan Brody sigue sin conseguir que la ofrezcan un papel en condiciones porque, al contrario que las que usan L'Oreal) ella no lo vale. Él sigue tan feo como antes de salir con ella. Su relación con el patito feo le ha proporcionado, eso sí, más portadas de revistas en las que se desplega su belleza cual nínfa mística.

Incluso hoy en día, no se perdona que una mujer tenga talento y llegue a lo más alto en su ámbito laboral. No está bien visto que tengamos las parejas que nos de la gana o ninguna (entonces somos lesbianas). Tenemos que estar con un hombre, solo con uno, para que no se nos acuse de zorrillas interesadas o de ninfómanas descontroladas.

Estoy segura de que estos estereotipos los erradicaremos con una educación adecuanda en los más jóvenes y haciendo oídos sordos las que ya estamos creciditas.
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También os quiero presentar a la gatita de Ana, que es preciosa. Nació el 31 de Marzo de este año, es hija de gata común y de un macho azul pero es prácticamente como el estándard de la raza. Tiene el paladar azul-grisáceo y las almohadillas de las patitas color gris-lavanda. Su nombre es Sara, aunque también se la conoce como Pepsi (pe-queña psi-cópata) porque muerde mucho y Ana tiene los brazos hechos polvo. Como veis es un cielo!